viernes, 21 de febrero de 2014

Hay muchas cosas que nunca he entendido bien y que algún día me gustaría entender, una de ellas y es la que sublimaré esta tarde a través de esta breve entrada a mi olvidado blog es el resentimiento que algunas personas tienen hacia sus ex.

Si bien el amor se da de una manera mágica y hormonal creo que nadie se puede llegar a imaginar cuando va empezadno una relación ese momento en que todo es bello y perfecto como podría acabar.
No puedo decir que soy víctima de ello en el sentido más purista de la palabra porque si bien soy blanco de los odios de dos de mis ex parejas la palabra víctima esta concebida en nuestra sociedad con un cierto halo de sufrimiento y no es que yo sufra o no pueda dormir por las noches por este hecho solo que lo que en un momento fue algo sublime puede convertirse en algo tormentoso.

No hay relación que termine bien, ninguna de las partes queda conforme al 100% o inmune después de una ruptura por más efímera que la relación haya sido, siempre queda algo por decir sea cuál sea el motivo de la ruptura.

Ahora bien ¿por qué hay personas que terminan odiando de una manera casi hitleriana a alguien que en su momento fué su motivo de vivir y más cursilerias de ese tipo?, la persona que se preocupo por ella y le ayudo en todo lo que fué posible, simplemente no termino de entender como se da esa espiral de autodestrucción que en poco tiempo termina en el peor de los odios.

¿Por qué se da esa actitud de si yo te hago esta bien pero no hagas nada tu a mi porque entonces se desatará mi furia?

¿Voy a reclamarte cosas que no tendría porque reclamar y estoy en mi derecho?

Si bien siempre he creído que no podemos ser amigos de nuestras ex parejas creo que el extremo radical de pregonar que la ex pareja fue lo peor que te ha pasado en la vida y encontrarle todos los defectos así como la culpa de nuestros problemas puede ser una exageración y un síntoma inequívoco de la grandeza de sus problemas internos no enfrentados porque de ser así como fué posible que la relación haya funcionado años.

De cualquier manera trato de no engancharme con ello, les deseo larga y próspera vida y mejores novios de lo que yo haya podido ser en nuestro mejor momento.


No me queda mucho por decir a este respecto salvo que el hecho de escriban lo que escriben de mi solo me hace pensar que tienen una memoria muy mala -además de selectiva a su favor- y que el hecho de que ya no nos amemos no quiere decir que en su momento no lo hice.

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