No me gusta abordar mi vida
“sentimental” como de manera cursi se le conoce a todo aquello
que atañe sentimientos y cosas del amar (y el querer como dice José
José), no la rehuyó, al contrario la enfrento como creo que debería
de hacerse cara a cara, pero al decir que no me gusta abordarla es
algo así como no hablo mucho de ella ni la hago pública, pero estoy
aquí escribiendo estas líneas y escribiendo un poco del sentimiento
contradictorio que me hizo mella esos días.
Hace un par de semanas recibí un
correo de una persona que hasta todavía el principio de este año
era mi novia, ya saben aquella con quien parecía que iba a hacerme
viejito (más), arrugado (sic) e insoportable (supersic).
La relación termino con
un dolor (sigue sin existir una escala para medirlo pero cada quien
se las ingenia para afrontarlo y no quedarse tirado) si bien nuestra
última conversación ya no siendo pareja no fue del todo amigable
pero creo que no era necesaria tanta rudeza ni agresividad en su
misiva; creo que deberíamos de llevarnos bien con las personas que
alguna vez amamos y que alguna vez nos amaron también creo que no
solo hay blancos y negros, existen también los grises y las cosas
no necesariamente son malas o buenas simplemente son, no siempre
tienen que existir culpables para todo hay cosas que simplemente son
o ya no son. Guardo los mejores recuerdos de esa etapa con una mujer hermosa y no menos maravillosa y he optado por olvidar los malos momentos, porque como dice Borges el olvido es el único perdón.
Y así las cosas a pesar de todo, sigue siendo una etapa muy buena y prolífica en mi vida, donde el centro de mi mundo soy yo mismo.
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