Mis gustos musicales son un poco raros a lo mejor producto
de lo que mencioné hace algunas entradas por mi estadía en aquella pequeña
ciudad de Michoacán, en ese lugar por allá de 1990 solo había 2 estaciones
radiales –que programaban casí las mismas 20 canciones todo el día- y además
era antes del TLC que trajo consigo (además de snickers y milky ways) stereos
con cds, los cuales eran presumidos por los sombrerudos habitantes de la
ciudad en cuyos altavoces sonaban a tope interpretes mejor conocidos como los temerarios y/o los bukis y/o
industria del amor y/o los tigres del norte y/o Juan Gabriel y/o los yonics y/o
los bukis (ok, creo que ya entendieron el punto). Mi padre se refería
despectivamente a todas esas personas como la ñerada así es como desarrolle una
animadversión hacia ese tipo de “música” que a la fecha ha evolucionado y ha
admitido en ese redil a “generos” abominables como el regueton (o como se
escriba), el duranguense, la bachata, etc.
Con este background un tanto hóstil hacia el buen gusto tuve
afortunadamente a mis tías (en aquella época jóvenes y rockeras de Guadalajara),
desde pequeño estuve en contacto con esos vejos clásicos del rock (que ahora te
los encuentras en un cd pidata con todos sus éxitos en mp3 por $20 pesos a la
entrada de la estación de Juárez) desde Led Zeppellin a Pink Floyd.
A ese respecto tengo una laguna mental aproximadamente hasta
mis 12 años cuando conocí MTV (que en aquel entonces todavía transmitía videos
musicales) y quede maravillado con un video en particular, una animación
irónica, una caricatura inocente que narraba las peripecias de dos adolescentes que se adentraban el mundo
obscuro de la Londres de finales de los 90; el video en cuestión era “Paranoid
Android” de Radiohead (comandados por el señor del ojo cheche). De la misma
camada musical tengo también recuerdos Garbage con su vídeo “Push hit” o de
Lenny Kravitz con “If you can´t say no”.
Ya desde entonces mis gustos diferían con los de mis
entonces compañeros de la secundaria que tenían preferencia por limp bizkit y
por los backstreet boys según el genero del escucha.
Fue hacía finales de 1998 que conocí a Depeche Mode con una
canción que si bien ha sido olvidada para mi fue la que me engancho, si bien
“Only when i loose myself”es una composción oscura y compleja que a mi me gusta muchísimo al grado de
generar una adicción hacía esta banda británica.
Desarrolle un gusto por esa corriente que fue conocida como
post punk o new wave, escuche los cd´s que tuve a mi alcance gracias al
entonces novio de una de mis tías desde new order hasta Morrissey, pasando por The Smiths, Pulp, James, Joy Division, The Cure, etc.
El trayecto de regreso a mi casa con mis walkman sony
pegados con cinta aislante era acompañado por mi fiel cassette (adquirido en
Aurrera) de Singles 86-98 de Depeche Mode, para mis amigos de esa época yo
estaba atrasado en música pero para mi yo era muy sofisticado –y creo que el
tiempo me dio la razón- hoy en día vemos más bandas con la influencia de Ian
Curtis que bandas atrapadas en el grunge (con excepción de disidente que según
ellos están al nivel de Nirvana o de Pearl jam) o a Trent Reznor de Nine inch
nails recibiendo premios por sus geniales soundtracks en lugar de un olvidado y
decadente Axl Rose.
Ya en la década de los 2000 con la masificación del internet que nos trajo desde napster (of puppets), audiogalaxy, gnutella, limewire, last fm, pitchfork y sound cloud más recientemente, el abanico de opciones musicales ha llenado de satisfacción mis oídos con muchísimas bandas nuevas (incluso locales) que de verdad da gusto y también me hace pensar en que en otra época me hubiese aburrido demasiado.
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